Abril de 2004, Pag. 2 / 4


ACUERDO DE
COLABORACIÓN

El 30 de marzo pasado se firmó el acuerdo de colaboración entre el Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología de la República Argentina, representado en este acto por la señora Subsecretaria de Equidad y Calidad, Profesora Mirta Alicia Margarita Bocchio, por una parte y, por la otra parte, el Proyecto de Educación en Ciencias Basado en Indagación de la Academia Chilena de Ciencias de la República de Chile, en representación del Presidente de la Academia, Dr. Francisco Rothhammer, el Académico Miembro de Número, Doctor Jorge Allende, se acuerda lo siguiente :

Que ambas partes realizan acciones para renovar la educación en ciencias en las escuelas primarias, planificadas e implementadas en sus respectivos países, en el caso del Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología de la República Argentina, a través del Proyecto de Alfabetización Científica en el marco del Programa Integral para la Igualdad Educativa (PIIE) y la Academia Chilena de Ciencias por intermedio del Proyecto de Educación en Ciencias Basado en Indagación (ECBI), en colaboración con el respectivo Ministerio de Educación y con la Fundación Andes de la República de Chile.

Perdone que lo diga, pero uno puede pensar que esta propuesta de ciencia lúdica no es seria, es difícil pensar que un estudio de lo inútil pueda ser serio…

Cuando las personas discuten conmigo esto -y a veces lo hacen muy enojadas porque me critican que estoy gastando dinero del fisco en algo que no sirve para nada-, una respuesta que doy es la siguiente: cuando la música es bailable es útil porque permite conocer parejas y después procrearse; la música clásica y otras no se puede decir que sean útiles y, a pesar de eso, son fomentadas por algunos gobiernos, subvencionadas, la gente paga para escucharlas y nadie pregunta para qué sirven. El ballet, la pintura abstracta, la poesía y otras expresiones, tampoco tienen utilidad y son admiradas y requeridas. Esto me da rabia y me cuestiono por qué a nosotros nos preguntan sobre la utilidad de lo que hacemos y a los músicos, a los poetas, no. Otro aspecto que quiero subrayar es que lo inútil nos pone por encima de los animales; lo inútil en el sentido de las cosas bellas: el arte, la ciencia lúdica, el baile. Los animales son funcionales mientras que nosotros tenemos la capacidad de ponernos por encima y más allá de lo útil.

¿Cómo es que practica ciencia lúdica si por otro lado trabaja en algo tan funcional como lo es la teoría del caos, las cardiopatías y las otras áreas que tienen aplicaciones?

En los últimos veinte años he tratado de trabajar más en la ciencia lúdica sin dejar de lado lo aplicado. Critico a los científicos aplicados que dejan de lado lo lúdico, pero no critico a los lúdicos que dejan de lado lo aplicado; es decir, si por azar algunas de las cosas lúdicas que nosotros investigamos tienen alguna aplicación práctica, bienvenido, tanto mejor, e incluso lo propago por ética y porque los que dan el dinero generalmente lo dan a lo aplicado. De hecho, soy un oportunista al recalcar la parte aplicada de lo que hago porque así me dan más dinero para hacer lo lúdico.

¿Por qué critica a los científicos que dejan de lado lo lúdico para adentrarse a lo aplicado?

Porque se están comportando como animales funcionales y no quiero estar con ellos, prefiero estar con mi perro, que estar con animales que pueden no serlo y lo son.

¿Conoce a los miembros de la Academia de Ciencias a la cual acaba de integrarse? ¿No cree que va a tener que trabajar con “científicos animales” como usted los cataloga?

Conozco a muy pocos porque paso la mayor parte del tiempo en Alemania. Ahora estoy trabajando con Eric Goles que es muy lúdico, y antes trabajaba con Jaime Roessler, que también tiene una tendencia muy fuerte a lo lúdico. Conozco y estimo a Tito Ureta pero no he trabajado con él. Pienso que también puedo conversar de otras cosas, además de lo científico, con miembros de la academia. En todo caso, no niego que muchas de las cosas que hago tienen aplicaciones.

¿Cómo va a convencer usted a algunos académicos de que algo lúdico tiene valor?

Prefiero explicarle ahora algo más sólido, más concreto de lo que hago. Tomemos algo totalmente lúdico y fácil pero que convence rápido de que lo lúdico tiene valor, un valor cultural. Es un trabajo que hice con Eric Goles, la idea fue de él y después la desarrollé con un alumno: se trata de cigarras que aparecen cada número primo de años, cada diecisiete, o cada trece o cada siete años; viven el resto del tiempo como larvas debajo de la tierra alimentándose del jugo de las raíces y aparecen puntualmente en esos lapsos; las cigarras adultas viven tres semanas, tiempo que les alcanza para aparearse y poner huevos y después mueren. La pregunta es por qué aparecen con esos ciclos. Nosotros estudiamos a sus enemigos y encontramos que los peores son los hongos que se comen sus huevos recién puestos y estos hongos también tienen ciclos: aparecen cada dos, tres, cuatro o seis años. Entonces si suponemos que hay cigarras que aparecen cada doce años, por ejemplo, esos hongos se podrían sincronizar con ellas, comer sus huevos y matarlas. Esto explica por qué los mejores ciclos para las cigarras tiene número primo de años, lo que hicimos fue un programa computacional que describe las mutaciones y la selección natural. Después hicimos un salto aún más lúdico: tomamos el programa que generaba los ciclos y metimos números enormes como condiciones iniciales y salieron números primos hasta con cuarenta cifras. Esto no es una tarea matemática fácil, estábamos resolviendo una problema de teoría de números utilizando la biología, estábamos trabajando con un modelo biológico para resolver un problema puramente matemático.